Ya te hemos hablado de la tecnología RFID, el día de hoy te vamos a explicar todo sobre uno de sus componentes vitales, los chips RFID. ¿Qué son?¿cómo se clasifican? ¿Cuál debes elegir para tu giro empresarial? pues sigue leyendo para que lo descubras.
¿Qué son los chips RFID?
El chip es un circuito integrado y una antena, que se utiliza para transmitir los datos al lector. Pueden ubicarse como la parte más pequeña de una etiqueta RFID y su memoria para el almacenamiento de datos es reutilizable.
Dentro de la etiqueta, el chip está ubicado principalmente en el centro y rodeado por un cable en espiral que conforma la antena. La antena pasa las ondas de radio del chip al lector cuando la etiqueta está activa.
Tipos de chips
Según el tipo de chip RFID se debe seleccionar el tipo de lectores. De acuerdo a su forma de producción podemos identificar dos tipos diferentes de chips RFID disponibles actualmente en el mercado:
Chip de silicio:
Es un microchip encapsulado en una capa de resina insertada en una pequeña etiqueta de plástico o vidrio.
Placa de circuito impreso (PCB):
No contiene partes eléctricas en su diseño y es el de uso más convencional. Consiste en una antena de cobre grabada combinada con un chip de computación y se puede imprimir con una impresora RFID.
Características
Recordemos que las etiquetas RFID buscan la identificación masiva de productos para ahorrar tiempo. Sin importar el tipo de chip en la etiqueta, todos los sistemas RFID deben ser leídos por un tipo de lector.
Ahora bien, para ser leídas las etiquetas pueden tener una autonomía si son activas, es decir que emiten una señal para ser detectadas por el lector o pueden ser completamente pasivas y únicamente recibir la señal, según esta característica podemos decir que las etiquetas pueden ser:
No cuentan con fuente de alimentación, ni autonomía energética. Son las de menor tamaño y la corriente eléctrica de su lectura se activa por el lector únicamente. Su distancia máxima de lectura es de menos de 5 metros.
Tienen una fuente de energía que les brinda autonomía para generar su propia corriente para activar sus circuitos y emitir su señal de lectura hasta el lector. Tienen chips con mayor potencia de frecuencia, lo que les permite una lectura a largo alcance. A diferencia de las pasivas, estas son resistentes a altas temperaturas y la humedad sin mayor problema.
Tienen su propio sistema de alimentación, pero únicamente para permitir la activación del chip, no para emitir frecuencia. El chip alimentado por la batería puede no tener antena y pese a ello tener un rango de lectura muy amplio y eficaz.
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Clasificación de chips por frecuencia
Ahora que ya entendimos que hay chips que emiten una frecuencia y otros que no, hay que hablar de la clasificación por frecuencia de radio; porque la distancia de alcance de la lectura dependerá de estas características del chip en la etiqueta. Dependiendo de la alta o baja que sea esta será mayor o menor el alcance.
Existen cuatro tipos de frecuencias de etiquetas en el mercado y son:
Chip RFID de baja frecuencia:
Los chips RFID de baja frecuencia funcionan dentro del rango de frecuencia de 30 kHz a 500 kHz, con una frecuencia típica de 125 kHz. Estos chips tienen rangos de transmisión cortos, que generalmente van desde unas pocas pulgadas hasta menos de seis pies.
Chip RFID de alta frecuencia:
Los chips RFID de alta frecuencia suelen operar dentro del rango de frecuencia de 3 MHz a 30 MHz, con 13.56 MHz siendo la frecuencia más común utilizada. El rango de operación estándar para estos chips varía desde unas pocas pulgadas hasta varios pies.
Chip RFID UHF:
Los chips UHF RFID funcionan dentro del rango de frecuencia de 300 MHz a 960 MHz, con una frecuencia típica de 433 MHz. Tienen la capacidad de ser leídos desde una distancia de 25 pies o más.
Chip RFID de microondas:
Los chips RFID de microondas funcionan a una frecuencia de 2.45 GHz y tienen la capacidad de leerse desde una distancia de 30 pies o más.
¿Cuál elegir etiqueta elegir?
Ahora que ya sabes todo sobre los chips RFID, vamos a decirte las etiquetas según tu giro empresarial, a continuación te indicamos cuál te conviene para cada uso para que elijas bien:
Son Tags o etiquetas con adhesivo que integran un chip RFID . Se fabrica según la aplicación. Existen en diferentes materiales y adhesivos.
Son etiquetas muy robustas, capaces de soportar las condiciones más adversas, que integran un chip RFID. Estas etiquetas están especialmente diseñadas para soportar cambios bruscos de temperatura o identificar productos de larga duración.
Etiquetas especialmente resistentes que integran un chip RFID de alta frecuencia. Son capaces de ser adheridas en superficies metálicas y, además, la lectura del chip RFID de alta frecuencia que integra se realiza sin inconvenientes, aunque esté pegada a una superficie metálica.
Especialmente diseñadas para entornos químicos y farmacéuticos, en los que las etiquetas y los chips RFID activos, pueden estar en contacto directo con agentes químicos externos. Permite leer la información que integra la etiqueta, a pesar de estar en contacto con líquidos.
Son ideales para colocar en prendas que necesiten soportar procesos de gran desgaste como el lavado y el planchado. Se conforman de un chip RFID de baja frecuencia, que se inserta en materiales de poliamida u otros materiales similares. Estas etiquetas ayudan a evitar pérdidas y robos, pero también protegen la marca ante imitaciones.
Es una pieza de material rígido, habitualmente plástico, con un chip RFID de silicio encapsulado en su interior. Se fabrican en distintas medidas y no suelen usan adhesivos. Son para estrategias anti hurto y procesos que requieren una gran durabilidad contra golpes, cambios bruscos de temperatura o abrasión por productos químicos.
Son las etiquetas impresas más indicadas para la industria alimentaria en procesos de elaboración, empaquetado y almacenaje de alimentos.
Las etiquetas inteligentes dinamizan las recepciones y las expediciones del almacén, facilitando la trazabilidad en cada fase de la cadena logística. Combinadas con un SGA, los tags RFID ofrecen la posibilidad de controlar el stock en tiempo real.